viernes, 25 de octubre de 2019

LA PREGUNTA DEL BILLÓN (para todxs lxs candidatxs) 
Si hay algo común entre las administraciones de Petro y Peñalosa, y entre los gobiernos de Uribe y de Santos, es la política publica de Arte y Cultura. Se hubieran podido ahorrar el empalme y dejar el mismo equipo burocrático y el resultado no cambiaría: La misma alienación, el mismo snobismo, y la misma asfixiante perversión y menosprecio de la soberanía nacional. En el caso particular de la capital, el lema es "Bogotá no tiene una identidad cultural y por fortuna eso la identifica" y por eso las administraciones distritales viven importando toda extraña expresión cultural "underground" que el primer mundo deshecha, copiando modelos importados ajenos a nuestra cultura e idiosincrasia y se resiste a expresiones artísticas y culturales consideradas clásicas o tradicionales propias de la región andina en la que esta inscrita, y a la cual pretende integrarse en el RAPE. Es decir que no ve la riqueza aun teniéndola frente a sus narices. Sin duda alguna, es despilfarro y negligencia administrativa, de un gobierno distrital, haber invertido la nada despreciable suma de un billón doscientos mil millones de pesos, para construir algunos escenarios e impulsar algunos programas, donde la gente solo tiene la opción de ver arte contemporáneo,"kuir" y urbano, sin una estrategia que promueva una cultura de valores humanos, que fomente el sentido de pertenencia, el civismo, el arraigo o la apropiación histórica, en el contexto de unas conmemoraciones bicentenarias. Tal como la anterior administración, esta insiste en traer cada año, un millón de turistas "Lgbti" a la ciudad, dizque por que son los que "mas gastan", sin tener en cuenta el impacto social tan negativo que tal empresa representa, sobre todo para la población mas joven y sin un plan que lo matice o lo equilibre. Un innegable desprecio por los valores éticos y estéticos propios del país nacional y una clara violación a la normas constitucionales que obligan al Estado a "promover y proteger la identidad cultural de la nación". Desprecio por un arte y una cultura que vendrían a oxigenar con aires refrescantes de tipicidad, ese ambiente contaminado de urbanismo desenfrenado y de contemporaneidad mercantilista y consumista. Una política publica distrital que no cambia con los cambios de administración y ahora invierte una cifra récord de mas de un billón de pesos para la cultura, pero basada en una estrategia que, en lugar de fomentar valores humanos y cívicos, los ha invertido o relativizado. Por eso, cuatro años después, el resultado de esa gestión, no podía ser mas inocuo e inútil para la transformación social (aquella que el arte y la cultura tiene el poder de lograr) y por el contrario entre mas cemento y mas canchas sintéticas hay, mas degradación social, mas delincuencia, mas colados, mas desarraigo, menos sentido de pertenencia y menos identidad , Una deuda social urgente, un vacío socio-cultural para llenar. Pero lamentablemente, este es un sector que, hoy como ayer, a nivel local y a nivel nacional, sigue en manos de un pequeño, cerrado y arrogante circulo de acomplejados que se dice conocedor del tema. Un sector cuyas políticas publicas están diseñadas por los mismos de siempre, para uso y usufructo de los mismo de siempre.Ni la actual Administración ni la anterior, han valorado Las Armas de la Paz, ni La Fiesta de Integración Gran Colombiana. Quizá la mas trascendental propuesta que se le ha hecho a la ciudad de Bogotá para enriquecer su calendario cultural, pero ademas, para dinamizar sectores de la Economía Naranja de las localidades hoy en recesión o agonizantes, como son, por ejemplo, las artes y los oficios tradicionales del centro y esa omisión y esa negligencia administrativa convierte estos gobiernos, en cómplices responsables de la degradación social que vive la ciudad y de la situación cada vez mas caótica y anárquica en la que esta sumida, a pesar de tanta inversión en infraestructura y programas culturales banales, pues desprecian el poder transformador que tiene el arte y la cultura para formar ciudadanía.La pregunta del billón para todxs lxs candidatxs es: ¿Se atrevería algunx a poner al ser humano por encima del hierro y del cemento y de paso pagaría una deuda socio-cultural que tiene el distrito con la mayoría de la población?¿Quien tendrá la voluntad política de dotar a Bogotà con un mega evento como "La Fiesta Gran Colombiana" que generaría como ningún otro evento y al por mayor, empleo, turismo sano y desarrollo social? ¿Quien apoyará la creación de un nuevo carnaval que venga a enriquecer, aun mas, el prolífico y heterogéneo patrimonio cultural de la capital y la nación, y de paso integrar armónicamente la ciudad con el país y el país con la región continental?
LA PROPUESTA:

INVITACIÓN
El Programa de Reconciliación y Convivencia PRECON y La(s) Entidad(es) Asociada(s),
Invitan a todo el Pueblo Colombiano, residentes y visitantes, a festejar en grande con LA FIESTA DE INTEGRACION GRANCOLOMBIANA (2a Versión), el 6, 7, 8 y 9 de agosto de 2020 en Bogotá y convocan a artistas, gestores culturales y portadores del patrimonio cultural, a presentar sus agrupaciones folclóricas (música y danza) en sendos desfiles que se llevarán a cabo en el Sitio por Definir de la Ciudad, de mostrar la riqueza de nuestra diversa cultura típica y competir por Los ESCUDOS BICENTENARIOS,* aprovechando esta especial e histórica ocasión.
El 6 de agosto se hará entrega del Escudo de Oro a la mejor presentación en la Categoría Andina (bambuco, guabina, torbellino, pasillo fiestero y otros)
El 7, el Escudo de Rubí a la mejor presentación en la Categoría Llanera (joropo llanero, pajarito, golpe llanero, zumba que zumba y otros)
El 8, el Escudo de Esmeralda a la mejor presentación en la Categoría Costeña (cumbia, porro, bullerengue, currulao, paseo,merengue costeño y otros) y,
El 9, el Escudo de Diamante a la mejor presentación en la Categoría Insular Antillana e Internacional (reggae, salsa, mambo, merengue dominicano y otros).
En esta oportunidad, vamos a resaltar nuestro mayor tesoro artístico y cultural. ¡No dejes de asistir!
Invitación Especial a las delegaciones de Venezuela, Ecuador, Panamá, Perú, Bolivia, Haití y Jamaica (Esta vez, todos son colombianos)
Parámetros y Condiciones de participación:
1. La inscripción no tiene ningún costo.
2. Transporte y estadías corren por cuenta de las delegaciones o sus auspiciadores.
3. Las presentaciones se harán por orden de inscripción.
4. Todos los participantes resibiran un pin o prendedor con la bandera de la reconciliación.
5. Es la celebración de la Nación, por lo cual, se escogerán los temas más fiesteros y    bailables.
6. Son expresiones vernáculas, ricas y auténticas, por lo que no se admitirán fusiones contemporáneas (excepto en la Categoría Internacional, el día de cierre)
6. El binomio o las alianzas de agrupaciones musicales y grupos de danza que más logre motivar o contagiar de alegría al público, serán acreedores de las estatuillas, según la categoría en la que compitan.

*Los cuatro Escudos Bicentenarios o Las Armas de la Paz, son una singular composición emblemática, que exalta los valores, éticos y estéticos, la identidad cultural nacional, que hoy como nunca esta amenazada por el corporativismo globalizante y las ideologías contemporáneas o postmodernas.
Con esta iniciativa se pretende pagar, por fin, aunque sea parcialmente, una deuda social que se tiene con el país nacional, brindándole una conmemoración honrosa acerca de esta Época Bicentenaria, donde, aunque sea por una vez, la dirigencia política, deje el discurso absurdo de la inclusión que excluye mayorías, e incluya a aquellos sectores que han estado obviados y olvidados desde que se han impuestos estos modelos de desarrollo hiperparticularistas, sobre todo, en el área artística y cultural.
Una conmemoración a tono con los valores que se quiere significar y que no haga lo contrario, o sea, negar la trascendencia o vaciar de significado el legado ejemplar que se debería rescatar y resaltar por esta época. Una conmemoración para celebrar. Un nuevo carnaval que enriquezca, aun más, el prolífico y heterogéneo patrimonio cultural de la Nación.
Los cuatro escudos son:
1) ESCUDO COLOMBIA ES GRANDE (ALEGÓRICO DE LA DIGNIDAD) que representa la herencia Afro.

2) EMBLEMA TÍPICO o DE LOS DERECHOS HUMANOS, EL DESARROLLO Y LA JUSTICIA SOCIAL (ALEGÓRICO DE LA IGUALDAD) que representa la herencia Mestiza.

3) EMBLEMA QUIMÉRICO o DE LA EDUCACIÓN Y LA CULTURA (ALEGÓRICO DE LA LIBERTAD) que representa la herencia Europea.

4) EMBLEMA ECOLÓGICO o DEL HÁBITAT Y EL MEDIO AMBIENTE (ALEGÓRICO DE LA FRATERNIDAD) que representa la herencia Indígena.

-BANDERA DE LA RECONCILIACIÓN

Los emblemas TÍPICO, QUIMÉRICO Y ECOLÓGICO, funcionan como timbres, o sea, pueden cargar en su “alma” las armas, símbolos, logos, marcas, etc., que lo ameriten; Es decir, que pueden cargar todo el catalogo simbólico de la cultura latinoamericana, en las categorías nobiliaria, monumental y arquitectónica, flora y fauna, artesanal, geográfica, religiosa, militar, corporativa, convencional, etc.
Aunque todavía inédita, esta vitrina honorifica, que son en realidad los tres emblemas timbreados, puede cargar allí los logotipos y emblemas que identifiquen alguna institucion o empresa, recuperando de esta manera los seis millones de pesos (US $2000,00) que el autor requiere para su implementación (ilustración digital de todo el sistema), no solo en términos monetarios y de imagen, sino que contribuirá a pagar con creces una deuda socio-cultural que se tiene con la nación.

miércoles, 19 de junio de 2019

                                        INVITACIÓN
El Programa de Reconciliación y Convivencia PRECON y La UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA,
Invitan a todo el Pueblo Colombiano a festejar en grande con LA FIESTA DE LA INDEPENDENCIA Y LA COLOMBIANIDAD, el 6, 7, 8 y 9 de agosto de 2019 en Bogotá y convoca a artistas, gestores culturales y portadores del patrimonio cultural de la Nación (música y danza), a presentar sus agrupaciones folclóricas en sendos desfiles que se llevarán a cabo en el Estadio Alfonso Lopez Pumarejo de esta ciudad, de mostrar la riqueza de nuestra diversa cultura típica y competir por Los ESCUDOS BICENTENARIOS* aprovechando esta única, especial e histórica ocasión.
El 6 de agosto se hará entrega del Escudo de Oro a la mejor presentación en la Categoría Andina (bambuco, guabina, torbellino, pasillo fiestero y otros)
El 7, el Escudo de Rubí a la mejor presentación en la Categoría Llanera (joropo llanero, pajarito, golpe llanero y otros)
El 8, el Escudo de Esmeralda a la mejor presentación en la Categoría Costeña (cumbia, porro, bullerengue, currulao y otros) y,
El 9, el Escudo de Diamante a la mejor presentación en la Categoría Insular Antillana e Internacional (reggae, salsa, merengue y otros).
En esta oportunidad, vamos a resaltar nuestro mayor tesoro artístico y cultural. ¡No dejes de asistir!
Invitación Especial a las delegaciones de Venezuela, Ecuador, Panamá, Perú, Bolivia, Haití y Jamaica (Esta vez, todos son colombianos)
Parámetros y Condiciones de participación:
1. La inscripción no tiene ningún costo.
2. Transporte y estadías corren por cuenta de las delegaciones o sus auspiciadores.
3. Las presentaciones se harán por orden de inscripción.
4. Todos los participantes resibiran un pin o prendedor con la bandera de la reconciliación.
5. Es la celebración de la Nación, por lo cual, se escogerán los temas más bailables y fiesteros.
6. Son expresiones vernáculas y auténticas, por lo que no se admitirán fusiones contemporáneas (excepto en la Categoría Internacional, el día de cierre)
6. El binomio o las alianzas de agrupaciones musicales y grupos de danza que más logre motivar o contagiar de alegría al público serán acreedores de las estatuillas, según la categoría en la que compitan.

*Los cuatro Escudos Bicentenarios o Las Armas de la Paz, son una singular composición emblemática, que exalta los valores, éticos y estéticos, la identidad cultural nacional, que hoy como nunca esta amenazada por el corporativismo globalizante y las ideologías contemporáneas o postmodernas y la memoria histórica.
Es la memoria histórica de nuestro pueblo colombiano, no la memoria miope que pretende establecer alguna élite burocrática o académica con el "Bogotazo" como el evento fundacional de un Estado inviable y un legado de despojo y frustración.
La gestión con esta iniciativa consiste en lograr, por fin, que el Estado pague, en parte, una deuda social que se tiene con el país nacional, brindándole una conmemoración honrosa acerca de esta Época Bicentenaria, donde, aunque sea por una vez, la dirigencia política, deje el discurso absurdo de la inclusión que excluye mayorías, e incluya a aquellos sectores que han estado obviados y olvidados desde que se han impuestos estos modelos de desarrollo hiperparticularistas, sobre todo, en el área artística y cultural.
Una conmemoración a tono con los valores que se quiere significar y que no haga lo contrario, o sea, negar la trascendencia o vaciar de significado el legado ejemplar que se debería rescatar y resaltar por esta época. Una conmemoración para celebrar. Un nuevo carnaval que enriquezca, aun más, el prolífico patrimonio cultural de la Nación.
Quedan pocos días. COMPARTE….REPLICA….DIFUNDE….

Más información:
Email: precon.colombia@gmail.com
ergaviriar@unal.edu.co
Cel. 3155124914

jueves, 27 de diciembre de 2018


EL ORO Y LA BASURA 
(DECIR LO QUE NADIE SE ATREVE)

Bogotá, junio de 2017 
El lema que esta año enmarca el Día Internacional de los Museos DIM, “decir lo indecible en los museos”, es un buen punto de partida para reflexionar seriamente sobre la suerte de nuestro patrimonio artístico, cultural y museográfico, lo que dado las circunstancias y las directrices relacionadas con las políticas y la gestión oficial en educación, arte y cultura, nos permite decir sin tapujos: ¡El rey está en pelotas! 
Obviamente esta expresión alude al fabuloso cuento de H.C.Andersen, “El traje nuevo del emperador”, en donde la espontaneidad de un niño deja en evidencia la ridícula extravagancia del monarca de algún país, embebecido por los falsos halagos de su corte.
Hoy que la inversión de valores éticos y estéticos transversaliza todas las instancias institucionales incluyendo por supuesto las artísticas y culturales, traemos a colación esta historia con su moraleja, porque  vemos como campean la alienación y la perversión sin escrúpulos. Vemos la arrogancia de esos agentes públicos – y privados que igual se lucran del Estado-, pavonearse convencidos que nadie se atreverá, so pena de pasar por ignorante en cuestiones de arte y cultura, a enrostrarles su mezquindad y su felonía con el sentido común y el buen gusto, pues supuestamente el pueblo raso no visita museos ni asiste a los numerosos foros que organizan las universidades.
Así que sea este el momento para afirmar que las cebras seguirán siendo negras y blancas, por más que el anterior alcalde se empeñara en pintarlas de colores y dejara marcada toda la ciudad capital como territorio “gay”, pero sin tener el valor civil de reconocerlo. Y que no debe ser lo común la excepción sino la regla.
Decir además, que nuestra población padece innumerable cantidad de flagelos de todo tipo que, mediante una formación cultural con identidad propia y valores revertidos, tienen posibilidad de  solucionarse. Esto es algo que obvian nuestros gobernantes y por tanto no contemplan las políticas públicas que en tal sentido se implementan. Ese Estado que desprecia la formación de una cultura popular, es por tanto otro flagelo que por lógica nunca podrá cumplir aquello que vive prometiendo.
Hay que decir específicamente que, desde que se está implementando el tal “enfoque diferencial”, la inequidad, la injusticia, la violencia y sobre todo la degradación social han crecido. Todas esas lacras que sobre el papel iba a combatir, se han multiplicado exponencialmente y eso es apenas lógico. Más que de locos, es de estúpidos pretender que basado en las diferencias se pueden resolver problemas o conflictos sociales que las mismas diferencias mal enfocadas han constituido y que se puede establecer un dialogo de reconciliación  nacional y convivencia que resulte efectivo. La experiencia ha demostrado que es apelando a lo poco o mucho que se tiene en común que puede empezarse a construir  genuinamente un dialogo racional y que puede así una nación entera reencontrarse.
Hay que afirmar que la universalidad de los valores humanos es un hecho irrefutable y que los principios elementales de derecho, cobijan también a una mayoría heterosexual, mestiza y profundamente sencilla, hoy olvidada y excluida. Y que esos valores no pueden quedar ahora en entredicho por una minoría alienada y pervertida que se inventó una “nueva ciudadanía” para relativizar todo a conveniencia y que predica ser inclusiva, pero a costa de excluir esas mayorías.
Decir que, independientemente que la UNESCO se digne asignarle un estatus, es nuestro folclor el patrimonio cultural que está en peligro de extinción (sobre todo el andino). Los últimos gobiernos han eludido la responsabilidad constitucional de protegerlo y promoverlo y a cambio han dilapidado los pocos o muchos recursos para el arte y la cultura, importando y promoviendo culturas emergentes ajenas a nuestra idiosincrasia, que en lugar de enriquecer, han empobrecido la propia identidad y han ensombrecido el panorama artístico nacional. La depredación y la destrucción de los ecosistemas naturales, en relación con el medio ambiente, es solo un reflejo de lo que pasa en la cultura. Fusionar o mezclar impúdicamente el bullerengue con el rap o la guabina con el rock y luego afirmar que de esta manera estos riquísimos ritmos tradicionales se van a salvar, es tan perverso como contaminar el agua para salvar el manantial.
Sea este el momento para reclamar por que la “ideología de género” tiene impuesta catedra en los colegios, mientras que la Historia (como ciencia que es) no forma parte del pensum académico oficial. Es una desgracia que los jóvenes no conozcan el pasado de la sociedad en la que viven y que más del 60% de los bogotanos se quieran ir a vivir a otro lugar del planeta. Esa corriente de la “nueva historia”, una elite privilegiada que adora las modas foráneas, por aberrantes que sean, solo porque vienen de afuera, está logrando que las generaciones recientes tengan cada vez menos arraigo, menos identidad y sentido de pertenencia, confundidas por unas ciencias sociales y una historiografía despojada de su episteme,  regidas por el caos incomprensible de una realidad cambiante y ambivalente. Sin timón y sin norte.
Esa falta de objetividad, de un por qué y para que, deja servido el camino sin porvenir de una comunidad privada de un sustrato histórico tan necesario en todas las culturas, pero muy conveniente eso sí, para los fines y los intereses de una globalización impersonal, de una corporatividad transnacional sin ningún tipo de identidad local que le haga contrapeso.
Un vástago de esa nueva historia, la “nueva museología”, sublimiza todas estas contradicciones. Si bien los museos públicos ofrecen cada vez más escenarios de gratuidad para la población, terminan cobrando caro con una guía que desvía la atención que debería estar en la educación. Una museología que banaliza  la historia y ahora parece haberse quedado sin tema para sus muestras. Llena sus contenidos con la experiencia de quien posiblemente solo puede exponer su inexperiencia.
Así, resulta tristemente cómica la tarea que le han encomendado a los mediadores del Museo del Oro, de tratar de convencer a los visitantes, que la invasión cruel que siguió al Descubrimiento de América, ¡fue fruto de un dialogo o una negociación entre dos culturas! ¡Que tenía más valor una concha marina que el oro para los indígenas! ¿Cómo pretende esa sofisticada ralea que no quede al descubierto sus oscuras intenciones?
¿Puede ser museo cualquier callejón o potrero y ser el propio espectador objeto de la exposición? De ser así, volvamos entonces la mirada a la naturaleza, pues tiene sin duda más valor museográfico el ser humano en armonía con el campo, que los desechos de cualquier antro urbano.
Digamos también, que resulta forzada la relación y el dialogo que trata de establecer el Museo Nacional con la exposición Arte y Naturaleza en La Edad Media, con las piezas precolombinas del ICAHN. ¿Acaso que tiene que ver una cosa con la otra? ¿Qué sentido relevante puede tener, en el contexto histórico bicentenario que vivimos y en el marco del Año Colombia- Francia una exposición de la Edad Media en lugar de, por  ejemplo, una sobre la Ilustración?  ¿Una posibilidad poco retorcida o demasiado obvia para ser interesante? Como dijo Regis Debray, “…aún no termina el trabajo de la Ilustración…”. Esta labor quedó suspendida en el tiempo por la reacción traidora de una restauración decimonónica en continua renovación. El mismo Emmanuel Macrón, presidente electo de Francia, recién lo ha referido:”…El mundo nos mira por que esperan que defendamos en todas partes el espíritu de la Ilustración….” Al final, siempre se termina apelando a la razón.
Sea este el momento para decir que tenemos una historia digna que no se merece que el establecimiento la esconda o haya recurrido a ella solo para nombrar parques, colegios o universidades y que esa historia es ni más ni menos, la que rescata del olvido, los Bicentenarios de la Independencia de América o de la Colombeia, como singularmente bautizó Miranda nuestro continente.
El sacrificio de los mártires de la Época del Terror o La Reconquista hace doscientos años, dejaron a las futuras generaciones lecciones que deberían haberse aprendido y un ejemplo incomparable de valor y dignidad. Pero siendo tan necesaria esta conmemoración, hoy no motivan ni una emisión de billetes o monedas, ni una convocatoria artística y cultural de reparación simbólica, ni una exposición verdaderamente trascendente, ni nada. Tal vez será esta omisión porque se trata de valores éticos y morales que tanto estorban a esa laya poderosa. Desde el más allá la Pola sigue increpando estos infelices: “…cuanto os compadezco…”
Aquí, debemos hacer una salvedad por la gestión valerosa que condujo a la recuperación de La Plaza de Los Mártires en el sector del Voto Nacional en Bogotá. Y preguntarnos si no es acaso por esto que al actual alcalde capitalino le quieren revocar el mandato.
Los Bicentenarios de la Independencia Grancolombiana con su aureola romántica, idealista o realista, reclaman un lugar en la agenda cultural oficial, por que evocan una conciencia de grandeza esquiva actualmente en las altas esferas. Como política de Estado, estas efemérides deberían estar revestidas de una importancia superlativa, inspirando la gestión y el diseño de políticas públicas en todas las áreas, especialmente en las artes y por qué no, servir como telón de fondo para las conversaciones con los grupos insurgentes. He allí, el tan significativo factor común al que hay que apelar, pero que hoy esta ausente.
Afirmar entonces, que esa misma elite alienada y pervertida, tiene una visión  miope de nuestra historia y que escasamente puede recrearla desde El Bogotazo o La Guerra de los Mil Días. El Museo Nacional de la Memoria que está montando el CNMH, por ley, ¡solo reparará y dignificará víctimas de la violencia pero a partir de 1985! ¿Acaso la historia bicentenaria no está lo suficientemente decantada para reconocer como víctimas a Galán, Caldas, Tadeo Lozano, Antonia Santos, La Pola y tantas otras? ¿Por qué el Estado discrimina estas víctimas negándoles justo en el bicentenario de su odisea, esa reparación simbólica y dignificación? 
Se está renunciando a abordar la etapa más notable y posiblemente la única popularmente victoriosa de nuestra historia por la más infame, ignominiosa y frustrante, quizá con el pésimo y desalentador propósito de alimentar la teoría de una nación inviable; y de paso hacernos creer que esa historia bicentenaria ya prescribió y que esas luchas por unas reivindicaciones aún pendientes, no tienen conexión, ni continuidad, ni vínculo con la situación actual.
Pasó con otro museo que originalmente fue pensado para conmemorar uno de Los Bicentenarios de La Independencia en los terrenos del Cementerio Central. Su destinación se cambió caprichosamente después de construido el monumento principal, para renombrarlo como el flamante Centro de Memoria, Paz y Reconciliación y en donde no se hace otra alusión que no sea a las víctimas de elite que el mismo Estado, con su enfoque diferencial, el favoritismo y el tráfico de influencias ha creado y que esa “paz estable y duradera” sigue creando.
Finalmente, hay que denunciar que el Libertador en vida no tuvo unos enemigos más encarnizados como los que hoy manejan la museografía de la Casa Quinta que se erigió como museo en su nombre; y los próceres del Grito del 20 de Julio, igualmente con la Casa Museo de la Independencia. En los guiones de estos dos establecimientos lo que predomina es la distorsión historiográfica, el envilecimiento de estas figuras y la burla. Para asegurarse de que un tributo bicentenario no fuera programado en sus instalaciones o tuviera acogida algún acto que honrara esa memoria, fueron excluidos y proscribieron de sus criterios de selección en las convocatorias de intervención, categorías tales como homenaje simbólico y conmemoración.
Así las cosas, lo que va a tono con esa nueva museología desnaturalizada, sin conciencia nacional ni pundonor educativo, es por ejemplo, ¡un busto de Bolívar cubierto de excrementos! Esa fue la propuesta ganadora hace dos versiones del concurso “Intervenir la Historia”. Un concurso que Mincultura enajenó hace años a una universidad privada y tal parece que también el manejo de los dos museos. Escuchando a la directora, María Elvira Pinzón, decir que es en la basura donde el arte puede hallar ahora un valor estético, es cuando de manera decepcionante e insólita, lo inexplicable puede tener alguna explicación.


ELKIN GAVIRIA
 POMBOZEA
Artista y Gestor Cultural por la Paz
PROGRAMA DE RECONCILIACIÓN Y CONVIVENCIA PRECON
@Preconcolombia
Cel. 3155124914

viernes, 26 de agosto de 2016

CARTA  ABIERTA A LA MUJER COLOMBIANA

Compañera,
En horabuena has decidido dejar de hablar por hablar y no callar sobre asuntos de vital importancia: violencia contra la mujer, abuso y maltrato al menor, pedofilia, etc., de los cuales depende tu integridad, tu bienestar y la supervivencia de la comunidad a la que perteneces. Este hombre que, al igual que sus semejantes, vive por ti, te valora y está al frente para hacer respetar  esa integridad, te invita a considerar ciertos planteamientos e inquietudes que, si reflexionas, veras en ellos el gran perjuicio que esta problemática social, demográfico y cultural acarrea, particularmente para el género que con altura representas. 
La mujer es mayoría numérica en casi todas las latitudes del mundo, casi se puede afirmar por esto que define  la humanidad, y la historia nos muestra que el poder social y político lo ha tenido desde los albores y lo sabe manejar. Ella es la que ha hecho valer con sus luchas y protestas  el positivo y autentico derecho igualitario y esa característica solidaridad de género, le da razón de ser a la expresión: amistad.
No es la mujer ninguna minoría. Por lo que no se explica que haces, a través de algunas organizaciones de la mujer y desde el zócalo de una supuesta minoría social, escudando y respondiendo por el comportamiento del hombre bisexual o “gay” y compartiendo agenda con ideales y reivindicaciones de otra categoría. 
Ese típico hombre heterosexual, por primario y poco sofisticado que te parezca, no es tu enemigo. No pienses que su perdida es tu ganancia en  la mal llamada “guerra de los sexos”. Pues quién en lugar de adorarte al cien y complacerte al mil elegiría hacerte daño o ser tu enemigo?
Ahora bien, la homosexualidad masculina se presenta naturalmente en algunos pocos de nuestros hombres como una excepción que, por fortuna, confirma la regla de oro que la mayoría de los colombianos somos heterosexuales y con ello nos identificamos, aunque  pocos gobiernos, con esa moda impuesta del "enfoque diferencial", se identifican con las mayorías. La sociedad y el estado deben garantizarle a aquella población especial –esa si genuina minoría-, igual respeto y consideración, aun si hace apología y dogmatiza con su condición. Pero estamos hablando de un homosexual que ha luchado por su visibilización, el afeminado, el travestido o el transformado, no así el bisexual que ha hecho de su ocultamiento un valor. Por lo cual, la cultura bisexual como política de estado no es algo correcto y en el caso particular colombiano, va en contra de los mas altos y sagrados intereses de la nación.
Ese tipo bisexual que se multiplica exponencialmente, recién conformo la sigla “LGBTI” donde, parapetado pero sin mostrarse, desde el comienzo discrimina y  excluye toda la diversidad de comportamientos considerados desviados o antinatura, desde la “A” del abstinente hasta la “Z” del zoofílico y no muestra ninguna intención en “salir del closet” pues la franqueza u honestidad en este mundo no parece  formar parte de sus más preciados valores.  
Mira bien. Ese espacio que la cultura bisexual o “gay” ha ganado, con toda su carga de anti valores, es un espacio que tú mujer, como individuo y como genero pierdes. El correcto o natural orden de las cosas y hasta el sentido de la estética lo distorsiona, entonces, ¿cómo crees aún  posible la convivencia en una sociedad con la inversión de valores que la cultura bisexual o “gay” genera?
La bisexualidad es un condicionamiento eminentemente psico y socio cultural revelan los estudios y en ese sentido el desacierto en el debate, por la generalización del fenómeno, comienza con la falacia que el tipo “gay” nace y no que se hace como efectivamente ocurre en la mayoría de los casos. Ese individuo que se reconoce “gay” o que lo duda, en la mayoría de los casos ignora que es víctima de un reclutamiento o acondicionamiento relativo a su comportamiento sexual (iniciado con los padres o familiares en muchos  hogares, los profesores o compañeros en muchos colegios, los sacerdotes o pastores en muchas iglesias o donde quiera que haya jerarquización u ostentación de poder). Tal complejo se retroalimenta de la cultura del miedo y la segregación socioeconómica de donde surgió, y entonces vemos como, mediante diversas formas, pretenden, ahora insólitamente con la inversión del estado nacional y algunos locales, forzar algo raro para convertirlo en algo común, abusando así de los derechos que por ser autentica minoría un sector de la población alguna vez obtuvo.
Ningún tratado internacional que ignorante o irresponsablemente alguien haya firmado a nombre de Colombia, justifica la implementación de estas políticas. ¿Dónde está el derecho de la población heterosexual a disfrutar de una calidad de vida sin renunciar a su propia identidad? ¿Dónde está el denominado derecho superior del niño a crecer en un ambiente emocionalmente equilibrado? ¿Por esta causa expondremos a nuestras  hijas e hijos a experimentar dramas a futuro pudiendo ahora evitarlo?

Estas traumáticas políticas de culturización “gay “en nuestro medio, no solo vulnera derechos, incómoda y en ocasiones lesiona  la comunidad heterosexual e infantil, que es por naturaleza abstinente, entre otras, sino que afecta directamente la población femenina e indirectamente da como resultado que los estándares de selección de su pareja muden con el tiempo, reduciendo así la calidad de esa elección. Con una mujer en esta situación, todo principio de civilidad terminará descomponiéndose de hecho, porque la mujer es eje del hogar y el hogar equitativo es esencial en la construcción de una sociedad postmoderna o postconflicto viable.
Esa mujer tan valiosa, particularmente la joven, tu hija o tu hermana, tienen cada vez menos opciones de conseguir una pareja heterosexual sana o estable, ya que el hombre bisexual o "gay" va compitiendo con ella, se podria decir que por el mismo objetivo, en ese juego social o dinamica de las relaciones de pareja (la promiscuidad característica de la comunidad “gay” es la responsable de lo efectivo que resulta aquel reclutamiento), obligando a la mujer a actuar en los mismos términos. Es decir, invirtiendo sus valores para ganar aceptación en esa sociedad moderna.
Eres una reina no lo dudes, dotada ademas con la facultad y la potestad de formar o moldear al hombre de tus sueños. No dejes que se te usurpe esa cualidad, pues te mereces lo mejor, o sea, esa calidad de vida basada en el respeto, la convivencia y la dignidad, la cual no se te dará en otro escenario que no sea el de una cultura donde predomine lo heterosexual como la que nos identifica. Eso concluyen los estudios al respecto y así lo muestra tanto lo típico como lo tradicional. Lo demás son solo culturas importadas que confunden y empobrecen esa calidad de vida en lugar de enriquecerla.
Bueno, espero que consigas, como individuo y como género, mantener o recuperar esa identidad tan indispensable para la realización plena de la persona y el consecuente desarrolo de las naciones, así podrás tomar una posición responsable sobre el tema. No todo lo que nos trajo la modernidad es positivo, ni negativo todo lo que la moral y las costumbres nos legan.  Es necesario recuperar algo la decencia y la cordura para que nuestra sociedad se sustraiga un poco de tanta locura. 

Con muchisimo amor,


PROGRAMA DE RECONCILIACION Y CONVIVENCIA
PRECON COLOMBIA    @preconcolombia

viernes, 12 de agosto de 2016

II CARTA ABIERTA DEL PRECON A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

II CARTA ABIERTA DEL PRECON A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL* 




LO QUE AUN PUEDE HACER UN HOMBRE SIN UN COMPUTADOR BUSCANDOLE SOLUCIONES DE FONDO A LOS PROBLEMAS DE FONDO QUE AFECTAN O PERJUDICAN LA COMUNIDAD A LA QUE PERTENECE, DE TAL MANERA QUE EL Y ELLA, RESISTIENDOSE AL SILENCIO Y AL OLVIDO, PUEDAN SALIR DEL FONDO



Negarse al poder resonante y sugestivo de los símbolos es negarse a una mejor comunicación pública. ¿Quién niega que sea comunicación en la era de la informática lo que más se necesita?

El ciudadano Elkin Gaviria (Pombozea), artista e investigador independiente, ha soportado el rechazo y la discriminación por hacer valer su orientación sexual, concepción filosófica y posición política, regularmente opuestas a la de una sociedad que muestra tendencia a la polarización, la dogmatización, el tipo bisexual y la segregación socioeconómica. Y ha constatado con decepción que el inmenso poder del Estado Colombiano, particularmente el político que emana del ciudadano, no es soberano y se somete al dominio de los gremios o grupos de interés, particularmente económicos, por lo cual la empresa privada o los particulares intentan burdamente reemplazarlo.

Cansado de lidiar con esa descompuesta, pero muy bien puesta y perfumada burocracia capitalina y de migrar de una oficina a otra, el creador del PRECON(Programa de Reconciliación y Convivencia) y del ESTUCHE-PRECON(sistema simbólico basado en una serie de emblemas heráldicos conmemorativos), en medio de gran precariedad, culminó implementando el mismo con fotocopias grapadas, los croquis o diagramas de una de las aplicaciones de su proyecto, (1) produciendo un cuadernillo de colorear que distribuye entre la comunidad de forma artesanal y el cual denominó: “Pinta los Bicentenarios de la Independencia de América”. El cuadernillo contiene al menos seis páginas de una construcción lúdica y didáctica que al crear y recrear un variado e inagotable universo simbólico, recupera para todo público identidad, sentido de pertenencia, valores revertidos y los principios fundacionales republicanos de Latinoamérica.

El autor, de cincuentaydos años de edad, se ha dedicado desde 1985 a forjar o blasonar este armerial sin haber recibido, agosto 25 de 20105, un lápiz, una hoja de papel o una asesoría y lo más curioso, ni una respuesta consecuente o socialmente responsable de parte del estado, ante las múltiples acciones personales que de todas las formas legales posibles se han interpuesto.

Esta, indudablemente es una señal de alerta para la comunidad internacional y por su alto contenido simbólico debería constituirse en un caso arquetípico. Las potencialidades del ser humano peligran ante la insensibilidad ominosa de un estado opulento pero mísero, o sea, lleno de grandes estructuras, sofisticados ordenadores y personal calificado, pero en su función natural, obsoleto.

La admirable recursividad e inventiva por la supervivencia diaria del ciudadano con un mínimo de herramientas, o sin ellas, frente a la improvisación, la superficialidad, el montaje y la grandilocuencia de los onerosos y prolíficos planes estratégicos de los entes oficiales, llámese: ministerio, alcaldía, alta consejería, departamento administrativo o empresa del estado.

Con un órgano legislativo más pendiente de la excepción que de la norma, que banaliza lo que por naturaleza es trascendente y complica lo que por naturaleza es simple. Que no atiende un estudio previo que permita aliviar la permanente crisis   social y humanitaria de un país sobre- diagnosticado. Donde la impunidad y la corrupción (evidentes e impúdicas), ligadas a un sistema judicial que no se reforma y que encima somete la población a un paro despótico e inhumano, lo que hace es dejar al ciudadano obligatoriamente envilecido, contaminado o excluido y de paso, obligatoriamente envilecida, contaminada o excluida la comunidad en general.

Un estado que no califica, en términos de honestidad y decencia, frente a la nobleza del ciudadano común, ni ve allí su más preciado activo. Desperdiciando o desechando un recurso natural o gema en bruto, que solo en condiciones de integridad física y moral puede desplegar su potencial o brillo. Estado que al ciudadano lo obliga y le prohíbe omnipresente hasta lo más absurdo, pero desaparece tras una ventanilla cuando se requiere que cumpla con las obligaciones que para con él tiene y acate sus restricciones.

Que para efectos de diseñar y aplicar políticas públicas, mide o agrupa la población en categorías o áreas de competencia tan confusamente (Profamilia, Familias en acción, Primera infancia, Tercera edad, etc.), que se diluye o bifumina la responsabilidad objetiva en perjuicio de la célula del tejido, o del verdadero, multifacético pero menos confuso, núcleo de una sociedad sana que es el ser humano de carne y hueso, cuerpo y espíritu.

La persona encasillada desde su concepción en las jerarquías de un supuesto orden social, a pesar de ser en el papel sujeto de derechos, queda relegada o suspendida en un cuadro estadístico, como un guarismo que tiende a desaparecer en tales abstracciones. Es como si  las luces de la ilustración no hubiesen alcanzado a iluminar nuestro tiempo, ni que los adelantos científicos y tecnológicos pudieran ser de utilidad pública, capaces de satisfacer las necesidades básicas de la ciudadanía.



La nuestra, parece una cultura nacional en liquidación y eso es porque la persona en sus dimensiones, individual e interindividual o social, no es la institución que más interese proteger al agente gubernamental en principio y como resultado se niega al artista e investigador independiente, entre otros, la posibilidad de mostrar su obra, divulgar sus innovaciones y a la comunidad que de ellas adolece, la posibilidad de apreciarlas.

No obstante, ese estado en todos sus niveles, apoya con significativos recursos, cada semestre en muchas categorías, obras e innovaciones que la mayoría de la gente no ve, ni palpa, ni se entera, y cuyo criterio de selección, artístico, científico y cultural responden al gusto  y los intereses de una elite que, por desgracia, desprecia lo autóctono (tanto como lo auténtico) invocando continuamente lo global, y añora socioculturalmente lo extranjero.



En consecuencia, es necesario como política pública rescatar el respeto por el ser humano como un recurso invaluable y aunque parezca obvio, promover el desarrollo del individuo con identidad cultural propia  independiente de cualquier condición o consideración. En el fondo es desde y hacia donde la expresión artística y los avances científicos se dirigen. Reconocer la actitud o el sentimiento que aliena o desvaloriza ese potencial de la persona, como una mórbida tara psicosocial, sancionándola cuando interfiera con la función pública y dar por hecho, fácil de probar, que invertir en la construcción de ciudadanos íntegros, con profundos cimientos, dinamiza aún más la economía de los países.(2)









ACERCA DEL LLAMADO INCORRECTAMENTE “BICENTENARIO DE LAS INDEPENDENCIAS”: La independencia de Colombia (nombre que a principios del s.xix designaba a América) que registra la historia, fue una, no en vano con ese propósito se tuvieron que  unir las antiguas colonias y por otra parte, las fechas rememorativas o bicentenarios son innumerables. Hay que anotar en este caso que los acontecimientos más honrosos o heroicos, como la llamada Gesta Admirable de 1813, cuyo bicentenario debería estarse conmemorando este año (esta nota se redacto para entonces) con “bombos y platillos” y otros tantos que, como pléyades se avecinan, se extienden más allá del 7 de agosto de 2019(Bicentenario de la Batalla de Boyacá), puntualmente hasta el año 2031, cuando se conmemora el bicentenario de la desintegración de la Gran Colombia y el supuesto triunfo de la restauración criolla.

Considerando estas efemérides como una época única e irrepetible oportunidad que no se volverá a presentar hasta dentro de dos siglos, lo indicado sería promover el conocimiento de la historia, para no volver como  sociedad a repetirla. Es decir, por esta vez una  historia como la gesta de Independencia nacional, mas  decantada que la Guerra de los mil días o el Bogotazo por mencionar algunas más recientes y aún confusas, al servicio de una mejor calidad de vida, aprovechando las lecciones  que nos deja, como una ocasión para lucir ante el mundo una institucionalidad viable, que también emprenda campañas altruistas y contundentes como la reconciliación y la convivencia o la erradicación del analfabetismo, por ejemplo.



Al respecto, fue acertado el profesor Gilberto Loaiza Cano, que advertía en la revista Numero #57, cuando se acercaba el Bicentenario del 20 de julio: “…ni la escuela, ni la televisión, ni los partidos políticos han contribuido a fijar símbolos que transmitan un sentimiento de orgullo por nuestro devenir republicano.” “…hoy… el ambiente parece menos trascendente, en eso incide la acumulación de la distancia temporal; la fragilidad discursiva del conocimiento histórico; la cuestionada condición de las instituciones básicas…” y recomienda: “…es necesario buscar la manera de popularizar una cultura histórica que entre otras cosas tenga atadura orgánica con la formación de una cultura ciudadana…”

Entonces, queda planteado así, con un respetuoso y singular ejemplo, una posición frente a un asunto de enorme trascendencia y actualidad. (3)

El autor contribuye con su obra, esta novedosa y precisa formulación ideográfica, en la formación de esa sociedad postconflicto, aportándole educación, comunicación, empleo, cultura y otras cosas que la hagan más equilibrada, eficiente, ética, confiable y amorosa. O, en otras palabras, más civilizada.

Finalmente resta invocar, más que el sentido común o del buen gusto, el sentido de honor y dignidad, que deben prevalecer a pesar del tiempo en  el espíritu y el carácter de gente como la nuestra, para que el mundo entero se identifique con ella.



Dios bendiga  la nación.





ELKIN GAVIRIA “POMBOZEA”





NOTAS:

(1)Los dibujos son trazados a lápiz sobre papel e iluminados con temperas y marcadores.

(2)Un texto que no pierde vigencia: “El individuo contra el estado” de Herbert Spencer (Cambridge 1884)

(3)Sobre simbólica nacional léase: “Política e identidad a comienzos del siglo xxi” Profesor  Carlos Patiño (U.P.B. Medellín, 1998) y “Santa Librada y las independencias americanas” Profesor Jaime de Almeida (Universidad de Brasilia, 2008).

*Texto redactado en 2010





APOYO ESTA PROPUESTA EN PRO DEL ARTE Y LA CULTURA NACIONAL.

NOMBRE                       IDENTIFICACION             SIMBOLO